HISTORIA

 CAN AM SERIES 

 

 Nota de la revista Parabrisas Corsa Nº 222 del 21 de Julio de 1970 

WATKINS GLEN: CON RUIDO SPORT Y A RITMO DE CAN-AM

LA PARTICIPACION DE PORSCHE EN LAS 200 MILLAS DE WATKINS GLEN 1970.

Al día siguiente de el sábado en que se disputaron las 6 hs. de Watkins Glen 1970, en la que los Porsche 917 barrieron otra vez a las rojas Ferrari 512,  se concretaron las 200 Millas de Watkins Glen pero de la categoría Can Am. Porsche que miraba con mucha simpatía a ésta categoría, aprovechó la oportunidad de medirse con los monstruos del Grupo 7 y presentó varios 917. El final de ésta carrera encontró a cinco Porsche 917 entre los siete primeros clasificados. No pudieron con el McLaren de Hulme, pero cumplieron.

El "week-end" de Watkins Glen terminó, como era previsible, con la victoria de un McLaren en la Can-Am. Lo que no resultó tan previsible, por lo menos para un buen número de ingenuos americanos, fué el inusitado contingente de Porsches que se alinearon tras el "cuco" naranja de Dennis Hulme al cabo de las 200 Millas.

Entre los siete primeros clasificados, además del McLaren M8D (último modelo) del ganador, integraron el marcador cinco Porsche 917 y una Ferrari 512. Esas máquinas, con motores revitalizados para la Can-Am, habían corrido el día anterior las Seis Horas Sport por el Campeonato Mundial en el mismo circuito y su nueva presentación, esta vez en oposición a los representantes del Grupo 7, tenía mas apariencia de broma que de seria amenaza para los monstruos cuyo desplazamiento cúbico oscila entre los 7 y 8 litros (compárense con los cinco litros de Porsche y Ferrari). Sin embargo, el domingo las cosas cambiaron radicalmente y en determinado momento hasta el mismo Hulme vió peligrar su puesto de privilegio.

Planteada la lucha, tras la rauda apertura de los McLaren de Hulme y Gurney se apretaron el rojo Lola T-220 de Peter Revson (es el único Lola de la nueva serie que compite) y la "aspiradora" de Jackie Stewart (léase Chaparral 2J). Mas atrás, los Porsche 917 de Siffert y Rodríguez y la Ferrari 512 de Andretti discutían primacías con el BRM de George Eaton y el McLaren M8B de Motschenbacher.

Lothar Motschenbacher en un McLaren M8B idéntico a los oficiales del año pasado aunque con alerón más sofisticado.

La tribuna siguió durante una intensa primera media hora el accionar de Jackie Stewart, que tras desplazar a Revson se pegó a la cola del "Batmobile" (denominación  de los nuevos McLaren por la forma trasera) de Dan Gurney. El espectacular avance le valió por entonces el record de vuelta a Stewart y Jim Hall puso una sonrisa de oreja a oreja en los boxes.

Al Chaparral la cuerda se le acabó temprano, cuando falló el pequeño motorcito de dos cilindros que acciona las turbinas aspiradoras que producen vacío (para mejorar la adherencia) y que funciona independientemente  del Chevrolet V8 que propulsa el auto. Un pit-stop de 30 minutos, liquidó su chance.

Poco después fue el Lola T-220 (motor Chevy de 465 pulgadas cúbicas) quien acusó problemas mecánicos y entonces los Porsches del equipo de John Wyer quedaron como inmediatos escoltas de los McLaren. Siffert y Rodríguez, repitiendo el duelo de la carrera del día anterior, en la que se habían dado "con tutti" y en un encontronazo en plena curva casi se auto-eliminan, pusieron de pie a los espectadores durante un buen rato. La lucha entre los compañeros -ó quizás no tan compañeros- de equipo del team campeón del mundo finalizó cuando Pedro Rodríguez intentó pasar a Siffert por afuera en la curva de 90 grados y el auto se le fue al pasto, cruzándose luego peligrosamente hacia el medio de la pista. Los que venían atrás lo esquivaron por milagro y para rematar la mala suerte, la caja de cambios lo obligó minutos después a abandonar al quedarse trabada en segunda velocidad.

Pedro Rodríguez ganó las 6 Horas en pareja con Kinnunen, y al día siguiente tuvo un recio duelo con Siffert en las 200 Millas de Can-Am. La trenzada culminó con un "fuori-pista"

Por la vanguardia las cosas empezaron a ponerse turbias también para los "capos" de la Can-Am. Gurney, que había ganado las dos primeras carreras de éste año reemplazando al desaparecido Bruce McLaren, inició una serie interminable de entradas a los boxes con problemas insolubles (el motor recalentaba). En tanto Hulme defendía los colores airosamente y parecía inalcanzable hasta que una avería en el radiador y competidores rezagados que lo taponaron, achicaron llamativamente la distancia que lo separaba del infatigable Siffert. El suizo, jugándose en cada curva y exprimiendo las posibilidades del 917 al máximo, venía descontando segundo tras segundo. Faltando solo una docena de vueltas(el circuito tiene 2,3 millas de recorrido) la diferencia era de 12 segundos. Dos vueltas más y sólo 10 segundos separaban ambas máquinas. Fue entonces cuando el "tráfico" pesado cortó las esperanzas de Siffert. Según contó luego él mismo tras la carrera, bastante furioso por cierto: "Dos o tres de los retrasados se me pusieron adelante en plena curva y no me dejaron paso; tuve que irme al costado y allí las ruedas deben haberse apoyado sobre las piedritas y la arena que habitualmente están sobre la pista en los lugares por los que no se transita, porque el auto entró en un trompo violento. Cuando lo enderecé ya no había nada que hacer y me conformé con aguantar el segundo puesto". Mil dólares extras y un trofeo consagrándolo el "hombre de la carrera"  premiaron de cualquier manera la excepcional demostración conductiva de "Seppi".

LA PRIMERA VICTORIA DE HULME 

Hulme, que logró a su vez la primera victoria de la temporada, pese a que sus manos siguen sufriendo las consecuencias de las quemaduras del accidente de Indy, no podía ocultar su alegría y 12.000 dolares ayudaron así a disfrutar de la gigantesca botella de champagne con la que celebró la finalización feliz de las 200 Millas.

Denny Hulme se las ingenió para ganar en Watkins Glen a pesar de tener todavía las manos lastimadas por las quemaduras sufridas en Indianápolis. Aquí a bordo del "Batmobile", apodo del McLaren M8D

Entre los que quedaron tirados al costado de los boxes, cabe destacar como enemigos potenciales de los McLaren sólo al BRM, el Lola T-220 y el Chaparral. El resto de los viejos McLaren, el Ford GTA de los hermanos Agapiou ó el Lola Thermo King de Bob Nagel, ni siquiera pudieron seguirle el ritmo a los Sport de cinco litros. Entre los ausentes cabe anotar el Autocoast "Mornin 'Afta", en proceso de reconstrucción luego del vuelco de Jackie Oliver en la anterior Can-Am, y el sorprendente AVS que acostumbra conducir George Follmer. Solo faltaría que Porsche cumpliera con la promesa de armarle un aparato de 700 HP a Jo Siffert para que la fiesta de 1970 fuera completa.

BALANCE FINAL

Así, como balance de dos jornadas para todos los gustos, Porsche se alzó con las glorias de una carrera más del Campeonato Sport (inflingiéndole otra soberana paliza a las Ferrari 512) y se dió el gusto de anotar a Siffert, Attwood y Elford tras el McLaren de Denis Hulme en la Copa Can-Am.

Al margen, buena parte de las 75.000 personas que estuvieron en Watkins Glen siguen comentando hoy el entrevero Siffert-Rodríguez, verdadero plato fuerte de un fin de semana que quedará entre los más destacados del historial del famoso circuito norteamericano.

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