LE MANS: EL FILM DE STEVE McQUEEN


"Le Mans: El Film"  - Ver
Nota aparecida en la revista Corsa Nº 1847

"Le Mans: McQueen en Rojo" - Ver
Artículo de Dennis Asselberghs del Dossier Michel Vaillant:
McQueen, El Hombre que Amaba las Máquinas. 
Traducción de Gabriel Portos Minetti

"Steve McQueen at Le Mans"- Ver
Página publicada en el website  www.lastinterceptor.info/influencesbot6.html 
(Disponible solo en inglés)

" Le Mans"- Ver
Página publicada en el website http://www.automodelismomagazine.com/pagina_lemans.htm 

 


http://www.automodelismomagazine.com/pagina_lemans.htm
 
Número 4

Febrero/Marzo 2001


 

Le Mans. Dos palabras conocidas por la mayoría de la población del planeta pero con un significado distinto según el tipo de individuo. Para el ciudadano occidental medio estas dos palabras se utilizan para denominar una famosa carrera de coches en la que los pilotos y los coches compiten, aunque parezca increíble y sin ningún sentido aparente, durante veinticuatro horas ininterrumpidas.

Además, la marca que consigue ganar ésta carrera lo proclama a los cuatro vientos como si fuese el mayor galardón al que pueda aspirar. Dentro de éste segmento de población existe un raro grupo denominado “fanáticos del automóvil” para los cuales estas dos palabras adquieren un significado  mucho más elevado equiparable al que tiene Jerusalén para judíos y cristianos o La Meca para los musulmanes.

Entre los individuos que componen éste grupo antropológico aún poco estudiado, hay dos clases bien diferenciadas: los que han estado alguna vez en Le Mans y los que no. Para los segundos Le Mans es como el paraíso; un lugar maravilloso del que han oído incontables leyendas y al que algún día esperan ir.

Los primeros sin embargo, son personas que por fin han realizado su sueño y para los que Le Mans no es un lugar sino una experiencia grabada en su cerebro que no pueden explicar con exactitud. Según repiten una y otra vez, Le Mans es un conjunto de sensaciones que no se pueden contar, hay que vivirlas.

 

Le Mans by Steve McQueen.

 

Steve McQueen fue una de esas raras personas que vio cumplidos la mayoría de sus sueños y entre ellos el de ir a Le Mans. Después de pasar una juventud bastante problemática logró convertirse en el actor mejor pagado de su tiempo lo cual le permitió, entre otras muchas cosas, dedicarse a sus dos aficiones favoritas: los coches y las motos.

Sus éxitos con motos de todo terreno – llegó incluso a ser integrante del equipo americano en los International Six Day Trial – y su segundo puesto en las 12 horas de Sebring a los mandos de un Porsche 908 lo alejan del típico cliché del piloto con dinero y lo colocan más bien en la categoría de personalidad polifacética con talento para conseguir todo lo que se propone.

La Trinidad formada por sus facetas de piloto, productor y actor determinó que debía hacer la mejor película de coches jamás filmada y, como no podía ser de otra forma, debía hacerla a su manera. El proyecto se inició en 1965 y el título de la película iba a ser “Day of the Champion” contando como director con John Sturges con el que McQueen ya había trabajado en “Los siete magníficos” y “La gran evasión”. Diversos problemas dieron al traste con el proyecto pero no desanimaron al actor que finalmente logró la financiación necesaria para comenzar el rodaje de una nueva película a finales de1969.

cartel francés

El nuevo proyecto estaba auspiciado por su propia productora, Solar Productions, pero el elevado presupuesto previsto hizo necesaria la participación de CBS / Cinema Center Films. La nueva película se titularía “Le Mans” y estaría compuesta por imágenes reales de la carrera y escenas especialmente rodadas para la ocasión. De nuevo se contaba con Sturges para la dirección, aunque fue McQueen quien tomó el control de la película haciendo y deshaciendo a su antojo.

El deseo de McQueen era hacer una película en la que se mostrase el espíritu de Le Mans de una forma realista y sin trucos. En la primavera de 1970 desplazó al circuito francés un equipo de rodaje con objeto de filmar las escenas de la carrera que servirían de base para la película. Para ello se esparcieron por el circuito dieciséis costosas cámaras de cine además de otras tres montadas en el Porsche 908 inscrito por la productora. Igualmente, Solar Productions instaló focos de iluminación adicionales en el Tertre Rouge y la Maison Blanche y repintó por completo los boxes con objeto de mejorar la calidad de las tomas.

La intención original de McQueen era participar en la carrera al volante de un Porsche 917. Después de convencer a Jackie Stewart para acompañarle, los ejecutivos de la CBS se lo impidieron alegando la posibilidad de quedarse sin la estrella principal antes de comenzar la película. Lo más interesante del caso es que, con semejante coche y compañero de equipo, quizás hubiese ganado la prueba!! En su lugar el 908 “Solar” logró finalizar en un meritorio octavo puesto si bien no se clasificó por distancia recorrida insuficiente debido a las numerosas paradas que tuvo que realizar para recargar película.

El resto del metraje se rodó entre julio y noviembre de ese año, para lo cual se instaló en el circuito un equipo de producción de más de ciento cincuenta personas. Una flota de veinticinco coches fueron comprados o alquilados entre los que se incluían cuatro Porsche 917, dos 908, cuatro Ferrari 512 privados (Enzo Ferrari se negó a ceder sus coches cuando se enteró de que Ferrari no ganaba en la película) y diversos Lola, Chevron, Matra y Alfa. Así mismo, la productora adquirió un Ford GT 40 al que se le cortó la mitad superior de la carrocería para poder instalar dos cámaras encargadas de rodar las escenas de acción. Cada coche disponía de un motor de repuesto y su correspondiente juego de neumáticos para seco y lluvia. Para conducir ésta colección de máquinas se contrató a pilotos tan conocidos como Derek Bell, David Piper, Mike Parkes (quien también era consultor técnico de la película), Vic Elford, Jacky Ickx, Jo Siffert, Masten Gregory, Dick Attwood o Brian Redman.

Semejante despliegue de medios no impidió que el rodaje se convirtiese en un rosario de problemas imprevistos. Derek Bell acabó en el hospital con quemaduras graves después de que el Ferrari que conducía se incendiase a causa de un cortocircuito. Peor parado acabó David Piper al que, después de estrellar un flamante Porsche 917, le tuvieron que amputar una pierna. Este accidente (el que sufre su personaje Michael Delaney) fue reproducido posteriormente por McQueen para la película empleando un coche radiocontrolado. El propio McQueen estuvo a punto de tener un grave accidente cuando rodaban una escena en Mulsanne a mas de doscientos kilómetros por hora al encontrarse súbitamente en la pista con un camión del equipo de rodaje que marchaba al paso de la tortuga.

Mientras que el rodaje avanzaba la película seguía sin tener un guión definitivo. McQueen rechazó al menos tres guiones y tenia constantes discusiones con Sturges que deseaba hacer una película que mezclase la acción con una buena cantidad de drama, en contra del criterio del actor que opinaba que la competición tenía suficiente entidad como para adornarla con elementos dramáticos adicionales. Estas diferencias de concepto motivaron la marcha de Sturges quien declaró que se sentía incapaz de rodar una película carente de guión.

A finales de agosto la realización del film llevaba gastados mas de trescientos mil dólares, carecía de un guión definitivo y se había quedado sin director. Altos ejecutivos de la CBS se desplazaron a Le Mans durante dos semanas para analizar la viabilidad del proyecto trayéndose consigo un nuevo director procedente de la televisión llamado Lee Katzin, quien acabaría de rodar la película. McQueen logró convencer a los directivos para que continuasen sufragando los cuantiosos gastos del rodaje pero el recorte en el presupuesto le obligó a reducir las escenas de acción y a reducir el metraje de la película.

El resultado final puede calificarse como el más grandioso documental sobre el mundo de la competición jamás rodado pero difícilmente puede ser considerado como una verdadera película. La crítica no comprendió la filosofía del film y el público simplemente no fue a verla. Una película en la que solo había dos papeles femeninos, ni un solo beso y en la que el diálogo está reducido a la mínima expresión esta llamada a ser el fracaso que fue. McQueen se arruinó casi por completo y el resto de inversores juraron no volver a hacer una película con el actor.

Hoy en día esta considerada La Película en el genero automovilístico. El deseo de McQueen de dar protagonismo a la competición la convierte en una pieza que te llega al corazón, que te emociona por la fuerza de unas imágenes en las que es imposible distinguir las tomas reales de la carrera y las de la propia película. Una muestra de la honestidad mostrada por el actor americano es el hecho de que su personaje ni siquiera gana la carrera, dejando claro que es ella quien tiene el papel protagonista.

Y es que “Le Mans” ha de considerarse como una edición más de las 24 H. de Le Mans. Tiene sus propios pilotos, sus propios coches, sus vencedores y sus victimas, todos ellos tan reales como en una verdadera edición de la carrera. Por todo ello hemos de agradecer a éste actor loco por la velocidad que nos haya dejado, no una simple película, sino éste monumento dedicado a los triunfos y miserias de la competición automovilística.

 

El Porsche 917 K Steve McQueen Collection de Fly

 

Tercera referencia de la colección dedicada al actor americano, éste Porsche de Fly sirve también para inaugurar la serie de 917 K sin derivas traseras. No nos ocuparemos del análisis de la carrocería ya que se trata de un modelo sobradamente conocido por los aficionados a través de las referencias anteriores de la marca madrileña. Tan solo decir que la eliminación de las derivas traseras se ha realizado con maestría, siendo a nuestro juicio mucho más atractivo que la versión anterior.

Respecto a la decoración, el modelo reproduce casi matemáticamente la del coche conducido por McQueen en la película que, a su vez, es una réplica perfecta del pilotado por Siffert y Redman en las 24 H. de Le Mans de 1970. 

Tanto el color azul de la carrocería como el naranja utilizado en las características bandas del equipo Gulf están muy bien elegidos, dando al coche un aspecto soberbio. Tan solo se le puede criticar no haber reproducido la cinta adhesiva que rodea los faros delanteros en el modelo real y el diseño utilizado para reproducir el adhesivo trasero de “Bosch” que no se corresponde con el original (debería ser como el que la propia Fly ha utilizado en su reciente Flunder cola larga de Le Mans 69), aunque estos dos errores también los comete Autoart en su réplica de éste modelo a escala 1/18. Siendo más quisquilloso de lo razonable, y puesto que Fly ha intentado reproducir a Steve McQueen con todos sus detalles, echamos en falta el sponsor “Hinchman” tampografiado en su hombro derecho. También sería más acorde con el coche real si las barras traseras del chasis fuesen negras en vez de metalizadas y si la tampografía de las tuercas de las llantas tuviese un círculo negro interior.

Impresionante vista delantera del coche de Steve McQueen. Una pena que Fly no se haya decidido a reproducir las bandas adhesivas que rodean los faros en el modelo real.

Por lo demas este Fly sigue la línea de las otras referencias de la colección de Steve McQueen con su atractiva caja de cartón decorada con motivos relativos al actor aunque, aconsejamos revisar bien el coche antes de comprarlo ya que este Porsche 917 es más alto que los Flunder precedentes y tiene el espacio justo. Esto provoca que algunas unidades aparezcan con el techo rozado en la zona de la salida de aire del habitáculo llegando incluso a perder parte de la tampografía.

Para terminar, nuevo acierto de Fly que nos ofrece un modelo que no tiene nada que envidiar a modelos estáticos de escalas mayores y que además se comporta francamente bien en la pista. Creo que Steve McQueen estaría satisfecho si pudiese darse unas vueltas a la pista con él.

Más fotos.

 

La parte trasera esta muy bien realizada pero mejoraría si las barras del chasis fuesen negras. 

 

Un toque de pintura plateada en el centro del ventilador dejarian esta zona del modelo perfecta.

 

La diferencia entre los sponsor "Bosch" se aprecia claramente en estas dos fotografías. El real tiene la "bujía" dibujada a la derecha y no tiene más letras que las de la marca alemana. A la derecha podemos el anagrama que falta en el hombro derecho de McQueen.

 

La presentación de la colección McQueen es excelente. En esta ocasión Fly ha elegido un atractivo color verde decorado con imágenes de la película.

 

Para saber más sobre Steve McQueen y "Le Mans".

"Steve McQueen star on wheels", William F. Nolan, G.P. Putnam's Sons 1972.

"A French Kiss with Death", Michael Keyser & Jonathan Williams, Bentley Publishers 1999.

IMDb.com: Steve McQueen  

 

 
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