LOS PILOTOS |
PEDRO RODRIGUEZ
LOS HERMANOS RODRIGUEZ Y SU RELACION CON FERRARI
Información acerca de las
impresiones de Don Enzo Ferrari sobre los Hermanos Rodriguez
De Ricardo Rodriguez,
respondiendo a la pregunta de un periodista, Enzo Ferrari había
dictado estas palabras: "Es un muchacho
impulsivo que conduce con una temible despreocupación y un despilfarro de
energía física sin parangón. Yo pienso que si este muchacho consigue
contener su fogosidad y afinar su estilo, su éxito será muy
significativo".
Lo había expresado de esta
manera un tanto cruda porque no estaba más que repitiendo por escrito lo
mismo que le había dicho a él de viva voz tras el Gran Premio de Holanda
de 1962. En aquella carrera se había comportado como un piloto poco
profesional: había tenido una colisión con Brabham, había vuelto a
pista con la máquina reparada y cuando estaba a tres vueltas del final y
marchaba séptimo con dos vueltas perdidas, y por tanto sin posibilidad real
de recuperar de una manera significativa, se salió en una curva por exceso de
velocidad. Por fortuna no se hizo ni un arañazo pero había destruido prácticamente
el coche.
Sigue Don Enzo:
"Querido Ricardo" -le dije en aquella ocasión
estando ya aquí en Maranello- "Estas cosas
no deben hacerse. Mira: los pilotos se dividen en dos grandes categorías; los
profesionales y los ambiciosos, que son los principiantes. Tu quieres llegar a
ser un profesional; pero entonces tienes que hacer las cosas pensando en el
futuro, en la carrera que correrás la semana próxima. El riesgo por tanto
tiene que ir medido, calculado con frialdad. Tienes que esforzarte en dominar
tu ímpetu. Yo te comprendo. Te sientes capaz de ir rápido; pero la todavía
corta experiencia que tienes puede traicionarte en cada curva, en cada
adelantamiento. Debes razonar, distribuir el esfuerzo, el tuyo y el de la máquina.
Ricardo, hablando claro, yo digo que tu te convertirás verdaderamente, como
espero, en un gran piloto; pero solo si eres capaz de controlarte. De otro
modo, no sé si tus capacidades para la improvisación podrán salvarte todavía
mucho tiempo".
"Ricardo
me mostró su sonrisa de muchacho crecido demasiado aprisa, me había dicho
que sí, que había comprendido. Pero yo lo miré con preocupación; comprendía
que el ansia del éxito lo devoraba; una ambición noble, de hombre; pero
peligrosamente al acecho. Y sabía que en su familia no encontraba agua para
aquel fuego... sino gasolina. Escribí entonces también una carta a su padre
repitiéndole el discurso. Poco tiempo después tuve que leer en un periódico
que por exceso de velocidad, para batir un récord de vuelta robado unos
minutos antes por un contrincante durante las pruebas del Gran Premio de México,
había salido de pista con una Lotus. Esta vez el destino no había sido
generoso. Tenía veinte años y era tan buen muchacho...siempre alegre, con
aquella cara inocente de niño travieso".
"Su
hermano Pedro era más razonable, menos impulsivo. Ha corrido con frecuencia
con la Ferrari de Luigi Chinetti y alguna vez también para nosotros. Por
muchos años no pudo exprimir completamente su calidad porque su dedicación
no era continua y por ello tampoco su rendimiento. Después, a partir de 1970,
tuvo un periodo fulgurante por el cual algunos me acusaron de miopía al no
haberlo contratado a tiempo. En realidad nos encontramos repetidamente en
busca de un acuerdo que enseguida pareció improbable porque yo podría
ofrecerle aquel año solo carreras de sport prototipos mientras que él
buscaba un contrato para la temporada completa. Cualquier compromiso resultó
en vano".
"Pedro
se marchó, quizás un poco resentido por lo que él se obstinaba en juzgar de
escasa consideración a pesar de tratarse de una verdadera imposibilidad. Y
estoy convencido de que este componente sentimental jugó también un papel
importante en sus siguientes empresas. Cayó al año siguiente, en Norisring,
participando en una prueba menor con un viejo auto privado prestado. Y el
destino quiso que fuera una Ferrari".
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