HISTORIA |
TEMPORADA 1971 (1º Parte)
PRIMERA CARRERA: 1000 KM. BUENOS AIRES
10 de Enero de 1971
SINTESIS DEPORTIVA
Comentarios e imágenes extraídos de la revista Parabrisas Corsa Nº247 de Enero de 1971
Miércoles 06 de Enero: Luego de las prácticas del miércoles anterior a la carrera el saldo para el Team Gulf-Porsche de John Wyer era bastante desalentador. El fuori-pista de Jackie Oliver con daños a la trompa de su 917 hizo que se borrara la sonrisa de la cara de David Yorke, pese a todo lo bueno que había hecho Derek Bell en la pista, buscando las mañas del 917 y viajando a un regimen muy por debajo de lo normal en las rectas. De todos modos se pudo ver la superioridad en lo que respecta a velocidad de los autos alemanes comparándolo a los Alfa Romeo de sólo 3 litros, pero no así en los mixtos donde los dominadores de la categoría mostraron defectos que se reflejaron en los relojes. Una trompa que costaba mucho meter en la cuerda y una cola que flameaba más de lo debido fueron los detalles que Bell hizo saber a la gente del equipo. |
La Ferrari 512M de Parkes-Nonnier de la Escudería Filippinetti, conducida por Mike Parkes, mostró una potencia asombrosa y un sonido aterrador que ponía de manifiesto sus casi 600 HP. De igual modo, la relación peso/potencia de la 512 es mucho menos conveniente que la de los Porsche (algo menos potentes pero muchísimo más livianos).
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Jackie Oliver, que regresaba a la escudería de John Wyer - para la que ya había corrido en 1968 y 1969, declaraba despues de su accidente: "Fue un error mío, no se puede culpar a nadie, ni siquiera al auto. Entré en el curvón y fuí todo el tiempo por la curva. Venía muy fuerte y el auto tendía a irse hacia afuera.... por último mientras trataba de irlo peleando llegué a la parte donde el curvón se cierra y después empezaron los trompos. Quedé de cola y toque el guard-rail con el lado derecho de la trompa. Por suerte no se rompió nada vital, solo el plástico. Pero insisto, fué por un error de manejo". La trompa nueva llegaría el viernes a última hora. |
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Jueves, 07 de Enero
Desde las primeras prácticas del día, Vic Elford debutando con el 917 del International Martini, acabó con la farsa y en los mixtos del autódromo demostró que con ese auto se puede doblar muy rápido. Viajando cruzado todo el mixto, frenando encima y acelerando justo logró marcar 23s récord absoluto para el tramo.
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ANÉCDOTA (Enviada por Gonzalo Chaves desde Uruguay)
En 1971 fui comisionado como periodista
del diario "El Día" de Uruguay, para cubrir el evento de los 1000 Km. de
Buenos Aires.
Si bien el que más me gustó en Buenos
Aires fue Vic Elford, también me gustó Brian Redman quien había
venido a correr a Buenos Aires, el año anterior con el auto de David
Piper ( Piper daba lástima, pues, estaba a más de 5" de su compañero )
Gonzalo Chaves |
A primera hora de la tarde salió nuevamente Vic Elford, mientras su compañero Gerard Larrousse seguía luciendo su pantalón de terciopelo negro y chemise amarilla. A poco de salir el Porsche se quedó parado en la viborita anterior a la curva del Cajón debido a que la bomba de nafta había aspirado agua, ya que probablemente durante el viaje en barco, se coló humedad por alguno de los conductos.
El equipo superó el problema desarmando la bomba y la cañería de combustible. Quince minutos antes que se dieran por terminados los ensayos del día jueves, el 917 al mando de Vic Elford apareció nuevamente y se inició un espectáculo sensacional donde finalmente hizo el mejor tiempo extraoficial de la tarde con 1m55s7/10.
En el mixto, el ex cartero enderezó el pavimento.
Viernes, 08 de Enero
Primer día de ensayos oficiales. Al finalizar la jornada, los dos mejores tiempos fueron para la nueva dupla del John Wyer, Siffert-Bell y Elford-Larrousse del Martini Racing.
Sabado, 09 de Enero
Día de clasificación.
Siffert-Bell consiguen el tercer tiempo pero cortan una válvula, atribuida a un sobrerégimen de revoluciones a cargo de Siffert, lo cual obligó a un cambio de motor.
El atardecer encontraba primeros a Rodriguez-Oliver con 1m52s70 y segundos Giunti-Merzario a solo 4 centésimas con la novísima Ferrari 312P (prototipo único). |
En cierta forma el tiempo realizado para obtener la pole decepcionó, ya que aún se tenía presente el desempeño del 917 conducido por David Piper y Brian Redman en Enero de 1970, cuando en oportunidad de los 1000 km. de Buenos Aires (no puntable) hicieron 1m52s y algo. Dado que ahora los 917 tenían 5000 cm³, 620 HP y caja de 5 marchas se esperaba que se bajara con comodidad el minuto 52s.
De todas maneras, el mexicano se mostró muy veloz. Se subió al auto, trabajó sobre las barras antirrolido y en los últimos 25 minutos de clasificación, se apropió del lado de la cuerda, desplazando por 4/100 de segundo a la Ferrari 312P que había logrado un muy buen registro gracias al trabajo de Ignazio Giunti.
Domingo, 10 de Enero
LA CARRERA
La mano venía barajada en celeste y rojo, la Ferrari oficiando de jamón y los Porsche de pebete en un sandwich volador que se fugaba velozmente de los apetitos del pelotón.
Foto cortesía de Alvaro Camaño
La largada. Foto enviada por gonzalezlm
Cuando luego de una breve vuelta por el perimetral chico del Autódromo de Buenos Aires el pace-car se apartó, el escalofriante pique de la Ferrari 312P puso a Ignazio Giunti a la vanguardia del lote, con los 917 de Rodriguez, Siffert y Elford señalando el camino a los que pretendieran dar alcance al pequeño bólido italiano.
Foto de Tapa de la-Revista"El Gráfico" Nº2675 de Enero '71 |
Al salir a la recta opuesta la Ferrari salió lanzada hacia la curva de Ascari. La velocidad era impresionante y entre todos, Rodriguez se tiró al máximo siendo el primero en rebasar la línea de marcha de Giunti antes del afloje forzoso para la entrada a la curva. Con el Porsche celeste en punta el pelotón ingresó a Ascari seguido por Giunti acosado por Siffert, y completando el grupo de punta Vic Elford aunque con algunos metros perdidos.
Todo siguió así hasta que en la sexta vuelta Siffert se mandó con alma y vida en la recta opuesta logrando robarle el segundo puesto a Giunti. Con el primero y segundo lugar de la carrera todo parecía indicar que sería una fácil victoria del Wyer -Gulf -Porsche. Sin embargo, desde el cuarto puesto, un hombre comenzaba a hacer valer sus cartas anunciando en todo el recorrido del circuito que tenía juego para ganar.
EL RUSH DE ELFORD
Con una velocidad impresionante en las rectas y curvas amplias y un manejo exquisito en el trabado, producto de varias temporadas de deslizarse en la nieve y el agua, el hielo, el barro, la tierra y la cornisa de los rallyes europeos, Vic Elford comenzaba a asombrar a la "tribuna del Ombú" con tiempos excepcionales para el parcial sinuoso y la totalidad del circuito.
El control visual del avance de Elford sobre las posiciones de los tres punteros hacía la cosa mucho más sabrosa aún, y los comentarios empezaron a circular, aventurando si el inglés podría postergar a Giunti y su Ferrari como lo hicieran los autos celestes del Wyer-Gulf. Elford no solo aprobó este exámen sino que lo hizo con mas espectacularidad que Rodríguez y Siffert. En la octava vuelta, con el pié derecho a fondo, en la larga recta se puso a la par del auto italiano y entró rueda a rueda con él a la curva de Ascari, metiéndose como topos en la franja de césped que no deja ver la entrada a los mixtos. Un corto suspenso y al trepar la horquillita, faros encendidos y colita "de coté", primero el indócil 917 y atrás la 312P, batida en su terreno por el arrojo de Elford, que había esperado el último momento para solicitar frenos.
El blanco era ahora Siffert, que transitaba los mixtos con prolija solvencia, a su vez con el colimador en la cola zigzagueante del auto de Rodríguez. El avance de Elford, con el camino libre, no se hizo esperar, y la carga fué decidida y efectiva, superando a Siffert sin necesidad de pelea cuando éste siguió de largo en la entrada al mixto, acaso nervioso por el acoso del tercero y la ventaja que no podía descontar de Rodríguez. Siffert pasó de largo en la entrada al mixto retrogradando a la décimotercera posición y dejándole el segundo lugar a Vic. Dijo Siffert: "Iba detrás de una Ferrari, cuando de pronto me envolvió una nube de aceite. Puse a funcionar el limpiaparabrisas y no ví absolutamente nada"
Vic Elford
Joseph Siffert
En la persecución ahora de Elford a Rodríguez y por la punta de la carrera, se pudo echar luz sobre la última de las dudas: si el plateado auto del International Martini tendría velocidad final suficiente como para dar caza al "mito" celeste. Lanzados a full en la recta del fondo, Elford robaba metros visiblemente a Rodríguez y mientras éste cortaba sensiblemente a la entrada de Ascari, el inglés parecía casi no aflojar en absoluto en ese tramo. Sumando a eso la maestría con la que transitaba los mixtos, el "tobogán" y la "ese del ciervo", no cabían dudas de que Elford superaría tarde ó temprano al mexicano, y ahora el interrogante era si Larrousse tendría la garra suficiente como para continuar la magnífica faena de su compañero.
Las vueltas previas "a la toma del mando" por parte de Elford fueron el espectáculo más sensacional que ofreció aquel gris domingo. Rodríguez gozaba evidentemente de una mejor tenida en el "curvón de la quema", gracias a que disponía de un alerón suplementario en la cola que había sido colocado especialmente para sortear con más seguridad y velocidad ese sector en particular, y eso le otorgaba un margen de unos 80 a 100 metros de ventaja en la salida de la recta del fondo, pero Elford, que no disponía de ese elemento, tenía el resto del circuito para ir robándole metros al mexicano en cantidad suficiente como para que las diferencias a la salida del curvón fueran cada vez menores.
Llegó un momento en que la distancia entre ambos se estabilizó unos 25 metros a la altura del punto en el que estaban más separados, recorriendo todo el resto del circuito con Elford chupado a la cola de Rodríguez mostrando la trompa amarilla por uno y otro flanco del auto de Wyer, en amagues que no conseguían su objetivo solo en virtud de la tenaz resistencia puesta en juego por el líder. Pero el momento tenía que llegar y eso ocurrió en la vuelta 16.
Ya con diferencias mínimas en la recta del fondo, los dos bólidos se pusieron a la par, y una vez más Elford demostró que en ése sector el dueño era él, ganando no sólo la punta sino vitales metros de ventaja en la "levantada" de Ascari, que prácticamente pasó por alto. El despegue en los mixtos, con el camino libre, fue una cosa de locos, hamacando el 917 en los vaivenes de la "viborita" y saliendo del "cajón" en un perfecto ejemplo de power-slide, con las cuatro ruedas deslizando hasta el momento de pisar en el derecho y cantar el "Good bye, Pedritou".
Faros encendidos, power-slide y la vista en el auto celeste de Rodriguez. La lucha por la punta está por culminar |
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Curva del Ombú. Rodriguez se resiste, observar rueda delantera izquierda en el aire. El 917 de Elford ya viene enderezando y deslizando. |
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Frenando en la entrada al mixto, Elford ya es puntero. Rodriguez está diez metros atrás, superado totalmente. |
El resto fué paliza; demostrando que tenía el 917 más veloz y que su manejo era lo mejor del día, se alejó en la punta marcando tiempos asombrosos realizando el récord de 1m51s17/100 a 198,238 km/h de promedio.. acaso en demasía ya que en la vuelta 29 el auto puntero hizo un ruido a soplete recién encendido y se detuvo bruscamente en la entrada al "Cajón" perdiendo toda chance. Revivió más tarde con la intervención furtiva de los mecánicos, cosa que provocaría la desclasificación del dúo; pero lo cierto es que la falla no pudo ser muy grave por cuanto fué tan fácil de reparar y no hubo cambios de elementos, y cuando volvió a pista, volvió tambien a ser el terror de los cronómetros.
La carrera se le había ido de las manos a Elford, pero sin dudas el espectáculo que brindó en su impresionante escalada hacia la punta, coronada por el récord absoluto del circuito, había demostrado que el mejor piloto -en lo que a conducción se refiere- y la máquina más veloz no estaba esta vez en manos del John Wyer sino del International Martini |
EL DESENLACE
En la vuelta 38 cuando se produce el increíble accidente causado por Jean Pierre Beltoise que le costara la vida a Ignazio Giunti, éste estaba circunstancialmente primero en la carrera, ya que los Porsche habían parado a reabastecerse, y como la carrera no se detuvo, por un largo rato solo los planilleros estaban enterados de lo que pasaba en el ordenamiento de la carrera. Los autos entraban y salían de boxes, cambiaban pilotos, reparaban, se reabastecían y hasta Elford trajo el auto a boxes, reanimado por sus mecánicos antirreglamentariamente en la zona sinuosa. Con Larrousse al volante, sería detenido con bandera negra, desclasificado por la infracción.
En medio de la confusión y con restos del accidente sobre la pista, el puntero Rodriguez sufre una pinchadura de neumático y debe dejar el primer lugar en manos de su coequiper Siffert que había protagonizado una remontada espectacular luego de su retraso al comienzo de la carrera.
De allí en más, la carrera no tuvo más alternativas interesantes, destacándose solamente la regularidad veloz de los punteros; Siffert hizo lo habitual en él, pero Derek Bell se mostró como un excelente coequiper en su primera carrera con los 917 evidenciando sobriedad y oficio en contraste con Jackie Oliver, que en poco contribuyó al segundo puesto final con Rodriguez.
Los ganadores Siffert - Bell
En definitiva, el primero y segundo puesto de Porsche fueron un ejemplo de la impecable factura de cada éxito de ésta marca y sus pilotos bajo la administración Wyer y la táctica de David Yorke.
Detrás de los celestes, el brillantísimo trabajo de Stommelen-Galli y De Adamich-Pescarolo en los Alfa Romeo 33/3 . En los italianos se notó el refinamiento de un año de trabajos sobre los autos. Entre estos y los que visitaron Argentina en 1970 la diferencia es astronómica. Mas potentes, mas livianos, mejoraron su rendimiento. Y tambien ellos se mostraron ordenados en el trabajo de apoyo terrestre de una competencia de este calibre, función que se cristalizó con el 3º y 4º lugar obtenidos. Esta clasificación no solo le vale a la marca del trébol valiosos puntos en el Campeonato Mundial de Marcas sino el liderazgo en la categoría Sport Prototipos hasta 3 litros de cilindrada.
El tercero y cuarto puesto de Alfa Romeo con Stommelen-Galli y De Adamich-Pescarolo fue el premio a su incansable constancia con los prototipos de 3 litros. |
El John Wyer-Gulf fué el
gran ganador del fin de semana. Con el primer puesto logrado por Siffert-Bell y
el segundo logrado por Rodríguez-Oliver el equipo no podría haber empezado
mejor la Temporada 1971.
Los dos pilotos estrella del equipo (Siffert y Rodríguez) estrenaron coequipers y era mucha la ansiedad por conocer
las características de las nuevas incorporaciones.
Rodríguez, que indiscutiblemente era en ese momento el conductor mas veloz del equipo, supo después de que Oliver lo reemplazara, que a lo largo del año, muy probablemente su coequiper lo exigiría más que el auto en sí. De eso tuvo la plena certeza cuando recibió el 917 para su segunda entrada con la responsabilidad de recuperar en cada curva las migajas de segundo desperdiciadas por su socio y con la obligación de remontar los puestos perdidos mientras estuvo detenido en boxes. Por eso, si el segundo puesto logrado por el mexicano fue mucho mas elaborado que el primero, nadie mejor que Rodríguez para erigirse en autor del "milagrito", ya que ese tipo de conquistas se consiguen con más velocidad que virtuosismo. Se trata en cierto modo de dejar de lado la exquisitez, pero fundamentalmente es cuestion de conocer muy profundamente el auto y de usarlo hasta su extremo más inaudito en el lugar donde mas rinde. O sea, en este caso, en las rectas y curvas veloces.
Siffert, que en la observación del equipo aparecía como el mejor probador y como el hombre mas sensible, no se había equivocado cuando observó que el circuito de Buenos Aires se podía dividir perfectamente en dos sectores: el rápido y el lento, separados por completo entre sí. Entonces estudió el problema con un cronómetro en el cerebro y ordenó poner a punto los dos 917 (el suyo y el de Rodríguez), de manera que el mixto quedara sacrificado, pero adecuando los sistemas de suspensión para que rindan al máximo en los curvones. El sacrificio consistió en darle al Porsche una cierta tendencia de subvirancia (patinamiento de las ruedas delanteras) en las curvas agudas, lo que representó una especie de medida de seguridad, porque no solo cambió falta de agilidad en el mixto por una gran eficacia en los curvones, sino que tambien, al mismo tiempo el sistema "obligó" al piloto a efectuar toda la operación de frenaje mientras el auto estuviera completamente derecho y a comenzar la aceleración mucho mas pronto que si el mismo fuera neutro o tuviese una cola viajera.
Por lo tanto, bien puede decirse que el suizo Jo Siffert fue dos veces ganador. Una, cuando le preparó la herramienta a Rodríguez para esa remontada sensacional que respaldó, complementó y eventualmente defendió la victoria, sin olvidarnos de que al mismo tiempo alistó la propia. Otra, cuando su retraso y el consecuente ataque de Vic Elford no le provocó ningún tipo de desorden mental y no le impidió organizar un metódico, enérgico e incontenible sprint para recuperar la vanguardia.
Derek Bell -debutante en la escudería- no mostró todavía en esta ocasión, la madurez que Brian Redman exhibió hasta hace poco en ese mismo asiento. Pero demostró sin ninguna duda que es un señor piloto y que Siffert debería extrañar menos que Rodríguez a su compañero del año pasado (Leo Kinnunen). Bell rindió un buen examen con 660 HP a sus espaldas, fué -en suma- un sensato complemento de Siffert y pareció demostrar definitivamente que por lo visto, es más fácil pasar de un auto de fórmula a un prototipo. que de un auto sport a un monoplaza.
Cuando John Wyer analice la actuación en del equipo en Buenos Aires, tendrá una convicción: que este primer triunfo de la temporada no tuvo errores, que en su equipo nadie es alemán (excepto los autos) pero todos funcionan como si lo fueran, y que cumplió tan al pie de la letra con las pautas de la filosofía Porsche. que aun teniendo en su corazoncito una estrella de Mercedes Benz, un triunfo así llenaría de orgullo -y de cerveza- hasta al mismísimo Alfred Neubauer.
Carlos Reutemann
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Carlos Reutemann quien en 1981 resultaría sub campeón mundial de Fórmula 1, hacía por aquel entonces sus primeras armas en categorías internacionales (corría con un Brabham en la F2 Europea). En los 1000 km. de Buenos Aires del '71, compartió el 917 #28 con Emerson Fittipaldi. Clasificaron 9º a casi 4s del tiempo de la pole y abandonaron la carrera en la vuelta 43. |
A continuación puede apreciarse cuatro fotos del 917 #28 gentilmente enviadas por Oscar Jarillo
Angel Ruben Monguzzi
El 917 del Auto Usdau con el que corrieron Joest y Monguzzi. En "Misceláneas" se pueden leer las impresiones de manejo de Angel Monguzzi. |
El 917 Nº 48 ex John Wyer de Joest/Monguzzi y el Nº28 de Reutemann/Fittipaldi |
El 917K Nº 28 del Equipo Auto Usdau conducido por Reinhold Joest y el argentino Angel Monguzzi en acción. En la primera de éstas tres fotos puede verse una dedicatoria de Steve McQueen. El auto hab´ía pertenecido a Solar Productions y fue utilizado en la filmación de la película "24 Horas". (Fotos de la revista francesa Automobiles Historique - Cortesía de Philippe Moriniere) |
Pablo Brea
El 917K Nº 34 (chassis 025) del Equipo Zitro Racing conducido por Dominique Martin y el argentino Pablo Brea. Finalizaron en el décimo lugar a 20 vueltas del ganador. (Foto de la revista francesa Automobiles Historique - Cortesía de Philippe Moriniere) |
Esta es la Ferrari 512S Spyder del Equipo North American Racing Team que el piloto argentino Néstor Jesús García Veiga compartió con el norteamericano Sam Posey. Finalizaron en el 8º lugar a 17 vueltas de los ganadores |
(publicadas en la revista "El Gráfico" Nº2675 del 12 de Enero de 1971)
Todo el mundo coincidió en que el box mejor organizado era el de Alfa Romeo por los trabajos realizados durante los entrenamientos y las clasificaciones. Además, en el transcurso de la carrera sorprendieron cuando a las 12:40 paró Stommelen para dejarle su lugar a Nanni Galli. En ese cambio y cargando tres bidones de nafta, emplearon 1m 1s.
El auto que más paró en boxes fué el Lola de Rouveyrant-Ruesch. desde el comienzo tuvo problemas de alimentación. Se le computaron mas de 15 detenciones.
El box mas lento en toda la carrera fue el del Lola, tripulado por D.Wier y el argentino Jorge Omar del Río. Cuando Jorge subió al auto, el cambio se hizo en 2m 23s. Luego en otro cambio de piloto, se le computó 2 minutos exactos.
En el box de Alfa Romeo la organización llegó a su punto máximo. Hay un hombre que se encarga únicamente de revisar el aceite cuando paran los autos. Cuando estaban reabasteciendo la máquina de De Adamich-Pescarolo, y al verlo trabajar muy lentamente, se le preguntó el porqué. El señor contestó de una manera muy simple: "Yo solo me encargo de cuidar el aceite. esto es un equipo".
El primer auto que paró en boxes fue el Porsche de Gijs Van Lennep-Helmut Marko y en seguida lo guardaron porque estaba roto el motor.
El 917K Nº 36 del Equipo Martini conducido por Helmut Marko y Gijs Van Lennep. Abandonaron en la segunda vuelta por problemas en el motor. (Foto de la revista francesa Automobiles Historique - Cortesía de Philippe Moriniere) |
El último coche en salir de boxes fue la Ferrari 512 de Possey-Di Palma-García Veiga para que este último le dejase el lugar a Di Palma.
Muchos se asombraron cuando los dos Alfa pararon en boxes para cargar nafta y cambiar de pilotos. Pero mas aún cuando vieron salir las dos máquinas juntas. Mas tarde, Roberto Bussinello explicaba: "Hay carreras en las que los integrantes juegan apuestas para ver quien hace los trabajos mas rápidamente".
Como es de costumbre, en el box de Juncadella-Pairetti estuvieron colaborando los eternos amigos de Pairetti: Fernández Pelayo, Daporta, y "el laucha" Ríos.
El Club Y.P.F. (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) instaló, como el año anterior, una serie de surtidores para el reabastecimiento de las máquinas. Pero ninguna de las máquinas paró allí para cargar nafta, ya que lo hacían cada vez que se detenían en boxes para un cambio de piloto ó alguna reparación.
El auto que menos paró en boxes fue el de Andrea De Adamich-Pescarolo. Solamente una vez debió hacerlo Pescarolo para arreglar la parte derecha de la trompa del Alfa que estaba golpeada.
Sam Possey largó con la Ferrari y cuando se bajó del auto no quiso subir más. Luego se supo que el piloto prefirió que lo pilotearan Di Palma y García Veiga, porque dijo que la máquina estaba puesta a punto para los pilotos argentinos, que el se sentía muy incómodo...
Carlos Ruesch se preguntaba: ¿Para que tantos camiones de bomberos si no sirven para nada?. la única solución posible para accidentes como el que le ocurrió a Giunti es utilizar el método de la Asociación Argentina de Sport Prototipo: poner una persona cada 200 metros con extintor y traje antiflama. Lo que además le asombraba es que se trató de apagar la nafta ardiendo con agua.
Pedro Rodríguez fue el piloto mas aplaudido de los extranjeros que subieron al podio. Algunos decían que porque era el único que hablaba castellano, y otros, porque era el mas sociable de todos.
Cuando los Alfa Romeo entraron en boxes por el accidente ocurrido a Giunti, el ingeniero Chitti fue corriendo a reclamarle al Comisario de la prueba que parara la carrera porque era una locura continuar. Seguramente el director del equipo Autodelta no sabía que la carrera no se podía parar, aunque luego circuló la versión de que alguien les había puesto bandera roja a los dos autos.
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