HISTORIA

 TEMPORADA 1971 (Parte III-2) 

 

   

 BALANCE LUEGO DE LAS CINCO PRIMERAS CARRERAS DEL AÑO   

 Nota aparecida en la Revista Automundo Nº312 del 11 de Mayo de 1971 bajo el título: 

 LA HEGEMONIA EN PELIGRO 

Por lo visto hasta el momento, el actual Campeonato Mundial de Marcas está planteado en forma mas interesante que el del año pasado. Si bien Porsche sigue manteniendo la supremacía que lo consagrara en 1970, cada vez se le está tornando mas espinoso el camino hacia el título y su característica de dominador absoluto de la categoría se ha vuelto relativa.

A pesar de su potencia, las Ferrari 512 parecen ya raleadas de la lucha por la vanguardia. Sólo la del Team Sunoco, en Daytona y Sebring, dió que hablar.

 

 1º Round: 1000 km. de Buenos Aires 

Su presentación  en los 1000 km. de Buenos Aires fue aplastante, a pesar de lo cual tanto David Yorke como Hans Dechent, respectivos directores técnicos de los equipos John Wyer Automotive e International Martini, no pudieron disimular su preocupación frente al rendimiento de la Ferrari 312P  mientras duró en carrera. Según manifestó Helmuth Bott, Jefe de la División Experimental de Porsche, "uno de estos días, ese auto nos vá a dar un dolor de cabeza". Y el dolor de cabeza llegó, pero por tres frentes distintos.

 

 2º Round: 24 hs. de Daytona 

El primero de ellos se produjo en las 24 Horas de Daytona, merced a la Ferrari 512 del Team Sunoco (una S transformada en M), a la cual el habilísimo Roger Penske supo extraerle mas rendimiento que los propios artífices de Maranello. Si a ello se agrega el aporte humano de dos buenos pilotos como Mark Donohue y David Hobbs, se comprende perfectamente porque circularon con mayor solvencia que los 917 de Wyer

De sus similares del Equipo Martini mejor ni hablar, ya que, con motores de cuatro litros y medio nada podían hacer. Al parecer Dechent no confiaba en la durabilidad de los elementos de transmisión y no quiso arriesgar con el motor 5000 cc.; al fin de cuentas una carrera de 24 horas es para pensarla bastante. Paradójicamente, un modesto Porsche 911 fué el encargado de eliminar el peligro italo-yanqui; cuando Donohue debió frenar, ante un reventón de cubierta del 917 de Vic Elford, que circulaba delante suyo, fue embestido por detrás por el 911 de Charles Perry.

El Equipo Martini en pleno aborda una curva en Daytona. Con autos nuevos y fuerte apoyo de fábrica, los Porsche alemanes son asiduos visitantes a los puestos de vanguardia.

Los 100 minutos perdidos en la reparación de la Ferrari fueron capitalizados por Rodríguez y Oliver para obtener el segundo, aunque ya no tan contundente, triunfo de los Porsche-Wyer.

 

 3º Round: 12 hs. de Sebring 

En Sebring, la contraofensiva italiana se planteó por partida doble. Nuevamente volvía a la carga la veloz Ferrari de Sunoco, a la que se agregaba un nuevo ejemplar oficial del modelo 312P a cargo de Jacky Ickx y Mario Andretti. Como si ello no fuera suficiente, retornaba el equipo Alfa Romeo, ausente en Daytona.

Tal como se preveía, la Ferrari 312P no tuvo inconvenientes en encabezar las posiciones desde el vamos, mientras los Porsche se debatían entre varios problemas.

Jacky Ickx conduce la segunda Ferrari 312P en las 12 Horas de Sebring. Igual que en Buenos Aires, el auto de Maranello llegó a comandar las acciones, aunque debió desertar.

Elford se despistó arruinando la carrocería, Siffert se quedaba sin nafta y fue penalizado con cuatro vueltas por ir a buscar combustible en una moto, mientras que el irascible Rodríguez repartía autazos a diestra y siniestra. Una de sus víctimas fué Mark Donohue, que perdió 53 minutos reparando el tanque de nafta dañado por el golpe.

A las cinco horas de carrera, tres autos italianos de 3000 cc. mantenían la vanguardia: la 312P  y los dos Alfa Romeo de Stommelen-Galli y De Adamich-Pescarolo-Vaccarella. mas atrás, Larrousse-Elford se mantenían expectantes con el Porsche Martini, ahora con motor de cinco litros. 

De pronto, y para decepción de miles de espectadores, llegó el problema que Andretti temía antes de la largada: la caja de velocidades de la Ferrari prácticamente saltó en pedazos obligándolo a abandonar. Esa fue la oportunidad para Elford. Poniendo en práctica su conocido método de andar él mas fuerte que el auto (tal como en los 1000 km. de Buenos Aires) no tardó mucho en superar a los Alfa Romeo y ganar la carrera.

Hasta allí el marcador se inclinaba a favor de la casa de Stuttgart con tres carreras ganadas, no obstante lo cual la gente de Porsche sentía temblar el piso bajo sus pies.

Y la debacle llegó. Nada menos que en Inglaterra, en la propia tierra de John Wyer.

 

 4º Round: 1000 km. de Brands Hatch 

Los 1000 km. de Brands Hatch significaron una estrepitosa caída en las acciones de Porsche, a pesar de haber tomado ciertas medidas tendientes a reforzar sus representaciones. Wyer, como de costumbre, presentó a sus dos parejas habituales: Siffert-Bell y Rodríguez-Oliver.

Dechent modificó su equipo su equipo introduciendo a Brian Redman, en su retorno a la actividad mayor, compartiendo un Porsche Martini con el vehemente Elford. El otro auto lo conducirían Larrousse y Gijs Van Lennep

Para complementar la labor de los dos equipos mas fuertes, se agregó un tercero, el Auto Usdau, de Manheim, con un Porsche 917 (Willi Kauhsen-Reinhold Jöst) y un 908 (Dieter Spoerry-Hans Weigel). Ambos vehículos habían sido conducidos en Buenos Aires por los argentinos Angel Monguzzi y Eduardo Copello respectivamente, en relevo con sus titulares.

Ferrari también presentó un cambio en Brands Hatch: la pareja con Jacky Ickx la integró el exitoso  Gianclaudio Regazzoni en lugar de Mario Andretti.

Luego de una escapada inicial muy veloz de Ickx, que culminó con un violento fuori-pista, los Porsche de Wyer se instalaron cómodamente en la vanguardia durante la mayor parte de la competencia. Los representantes de Martini se vieron relegados de entrada por un problema de falta de previsión: no habían colocado las cubiertas para lluvia y el piso se encontraba sumamente húmedo. 

Mas tarde, Elford-Redman se enfrentaron con una molesta pérdida de nafta y sus coequipers Larrousse-Van Lennep luchaban para tener derecho al 917, con notables problemas de tenida.

Llegó la vuelta número 150, y allí se gestó la derrota más dolorosa para Porsche de los últimos tiempos. "Seppi" Siffert debió detenerse en boxes para cambiar la cubierta delantera derecha y se encontró con que la rosca se había dilatado por el calor, resultando muy difícil retirar la rueda.

Allí aprovecharon los Alfa Romeo de Stommelen-Hezemans y De Adamich-Pescarolo para tomar el comando decididamente. 

Pescarolo deja su puesto de mando a De Adamich en el Alfa Romeo número 54, mientras los integrantes del Team Autodelta proceden al reabastecimiento. Fue en Brands Hatch, donde la casa del trébol obtuvo su primer éxito en el Campeonato Mundial de Marcas.

No obstante, Siffert retornó al circuito, aunque para volver a detenerse minutos más tarde con la caja de velocidades rota. Su compañero Rodríguez había abandonado al obstruírsele parte del sistema de inyección con una basura.

A pesar del abandono de Stommelen-Hezemans por rotura de pistón, las huestes de Alfa Romeo se reencontraron con la victoria en una competencia puntable, luego de 20 años. Además fué el primer triunfo de la marca en carreras por el Campeonato Mundial de Marcas.

 

 5º Round: 1000 km. de Monza 

A pesar de todo, en Monza los Porsche volvieron al triunfo. 

Previamente, una reunión de alto nivel llevada a cabo en Stuttgart y a la cual concurrieron John Wyer, David Yorke y Hans Dieter Dechent, aclaró algunos puntos algo oscuros con respecto a la conducta interna de los equipos. Cada director técnico regresó con instrucciones precisas, y la competencia de Monza se desarrolló con un trámite más normal que las anteriores.

Jacky Ickx, que parece haber quedado como piloto titular de la Ferrari 312P, no pudo correr por una mala maniobra de su compañero, en éste caso Arturo Merzario; embistió en un lateral al Porsche 911 de Willi Meier, quedando ambos inutilizados. Allí aprovechó Vic Elford para sacar partido de la situación, alejándose con su estilo característico. Detrás suyo, Siffert y Rodríguez, obedeciendo fielmente a las directivas de Yorke, hacían su carrera con la seguridad de que Elford no duraría mucho en ese tren. Y tuvieron razón: poco después, el Porsche Martini se detenía envuelto en una nube de humo mientras los fragmentos de metal se esparcían por la pista. 

No obstante, todavía no estaba todo dicho, ya que una pinchadura retrasó a Siffert y permitió que Rodríguez-Oliver se alzaran con una victoria inobjetable. Detrás de Siffert-Bell los tres Alfa Romeo de Autodelta no hicieron más que confirmar que están siempre en la conversación y sin romperse.

Las competencias disputadas hasta el momento le otorgan a Porsche la posibilidad de encabezar el campeonato cómodamente aunque no deberá descuidarse. No debe olvidar que hay varios candidatos con las armas dispuestas. Y si bien Jackie Oliver realizó el mejor tiempo en los ensayos para Le Mans superando la marca de Vic Elford, siempre habrá alguna Ferrari oficial o no, y los infaltables Alfa Romeo para darles un susto en cualquier momento.

Sin duda, es mucho más de lo que se podía esperar a fines del año pasado. (1970)

 

 

   
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